Constituye un género de gran importancia tanto por el número de especies como por las grandes áreas que ocupan en el Hemisferio Norte. Junto con los pinos forman la base fundamental de los bosques andaluces.
Las especies de este género constituyen los elementos básicos de importantes ecosistemas vegetales de la Península Ibérica, como son las formaciones esclerófilas de encinas, alcornoques o coscojas y los bosques caducifolios de quejigos y robles.
Son árboles, menos frecuentemente arbustos, monoicos de hojas persistentes, caducas o marcescentes. Las hojas son simples, alternas y enteras o lobuladas.
Las flores masculinas están agrupadas en amentos colgantes. Las flores femeninas aparecen aisladas o en pequeños grupos.
Los frutos son las bellotas o glandes, que son aquenios de pericarpo coriaceo cubiertos en parte por una cúpula con forma de dedal. Generalmente tienen maduración anual, excepto la coscoja que es bianual.
De manera práctica se pueden distinguir los siguientes grupos de especies: