El mirto (Myrtus communis) es el único arbusto autóctono de Mirtáceas en la Península Ibérica. Puede alcanzar los 4-5 m de altura. Tiene ramas de color pardo claro, que llevan en cada nudo dos hojas opuestas muy aromáticas al estrujarlas.
Las flores están formadas por 5 sépalos, 5 pétalos blancos y numerosos estambres. El fruto es una baya de color negro-azulado, del tamaño de un guisante.
Es una planta muy olorosa y aromática. Se encuentra en los coscojares, lentiscares y otros matorrales derivados de la degradación de los bosques esclerófilos tales como encinares, alcornocales, etc. Requiere climas suaves, donde no sea excesivamente acusada la sequía estival, y prefiere los suelos frescos y algo húmedos. También se ofrece en los viveros para su cultivo como seto o arbusto ornamental.