La Península Ibérica está encuadrada dentro de dos grandes regiones de flora y vegetación: la Región Mediterránea y la Región Eurosiberiana.
Cada una de estas dos regiones está caracterizada por una serie de plantas y comunidades vegetales que le son propias, además de poseer otras muchas comunes.
La Región Eurosiberiana abarca gran parte de Europa excepto los países mediterráneos, la zona ártica y parte de los países orientales. Se caracteriza por un clima húmedo-subhúmedo suavizado por la influencia oceánica, con inviernos poco fríos y con la estación seca estival inexistente o muy poco acentuada.
En la Península Ibérica se extiende por el norte de Portugal, la mayor parte de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y Pirineos occidentales.
La Región Mediterránea ocupa el resto de la Península y las Islas Baleares. La característica principal es la existencia de un periodo de sequía estival más o menos pronunciado, pero siempre bien patente.